A mediados de la década de los 70, la compañía del sur de Suecia Perstorp Corporation sufrió una drástica caída de las ventas de sus conocidos laminados de alta presión. En respuesta a este hecho, en 1977 la compañía creó un comité para desarrollar nuevas ideas sobre otras posibles aplicaciones para el que había sido en su día un producto dominante. El grupo de reflexión se denominó “Idé-77” y recopiló más de un centenar de ideas que iban desde pistas de bolos hasta pistas de hockey, pasando por marquesinas de paradas de autobús o silos de grano.
Idea n.º 23
La idea n.º 23 de la lista del comité aparecía escrita como “Perkett - laminatgolv” (suelo laminado). Era una de las pocas sugerencias que incluía un posible nombre comercial. Después de realizar más estudios y ensayos, la idea n.º 23 finalmente obtuvo luz verde y en otoño de 1979 se empezó a fabricar el primer suelo laminado Perstorp, el Perstorp Golv GL80.
Nacía una nueva categoría
La innovación de Perstorp marcó el nacimiento de una nueva categoría de suelo. Una simple sugerencia surgida de la adversidad echó raíces y fue evolucionando con el paso del tiempo hasta pasar de ser un pequeño producto complementario a convertirse en una división completa y, en última instancia, una compañía independiente denominada Perstorp Flooring AB, hoy en día conocida como Pergo.